Eladio llegó agitado,
las puertas se abrieron como una garganta al vacío
la muerte llegó tras sus palabras.

Abandonamos las tareas,
quedó la nata asfixiando la leche,
y nostros blancos como espectros

bajamos el camino al pueblo en punto muerto
callados, apresurados,
Cruzar la plaza, páramo en niebla, era como atravesar
un desfiladero de puntillas.

Candiles aturdidos, tamblaban tras las ventanas.
las calles corrían en susurros.

No se muy bien porqué
me decidí por la toquilla morada.

1 comentario:

Paqui dijo...

Genial!!!voy a ser su fan número uno