A igual que otras
viejas coetáneas
llevo una virgen
en el monedero
A diferencia de ellas
yo no la rezo, la castigo.

No la dejo ver
la luz y la tengo
entre la calderilla.

La rezé la noche en que murió Eladio
y también la jornada del incendio.
La rogué por mi tercer nieto
- Claudio, que en paz descanse -
y por la fábrica de quesos
...

Su respuesta
fue la muerte
mi reacción
la sepultura

1 comentario:

Giusseppe dijo...

pequeño comentario intrascendente, quizás: cohetánea es, en realidad, coetánea.
Un beso y me alegra ver que Leonor sigue escribiendo!!!